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Comunicado final aos órgãos de comunicação social 12/11/2006
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Final Press Release 12/11/2006
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Filme sobre PCP -  85 anos de Solidariedade com os povos em luta
Filme exibido no Comicio Internacional, em Almada
PCP - 85 anos de solidariedade com os povos em luta

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Intervencion del Partido Comunista do Chile
Sexta, 10 Novembro 2006


Un encuentro como éste es sin duda una contribución a nuestras luchas comunes. Hoy, aún más que ayer, la interrelación de las luchas nacionales e internacionales es insoslayable. De hecho, lo internacional es un factor determinante del avance o retroceso de los pueblos en cada nación en el respeto a sus derechos y la materialización de sus aspiraciones a una vida mejor.

El contraste entre las formidables posibilidades de satisfacción de las necesidades humanas generadas por el desarrollo de las capacidades de la humanidad y el despilfarro de recursos materiales, vidas, inteligencias, es la dramática paradoja de la época contemporánea. Tales capacidades acumuladas permitirían solucionar los más agudos problemas globales: el hambre, la miseria extrema, a cesantía masiva, el analfabetismo, la inseguridad de la vida en el planeta. Sin embargo, en los marcos de la globalización neoliberal impuesta bajo dominio imperial, su empleo sirve mas a Ia exclusión y la desigualdad entre las naciones y al interior de ellas. Superar esta situación es la tarea común de todos los pueblos.

La agresividad política, militar y económica del imperialismo norteamericano en diferentes partes del mundo tras el objetivo de consolidar su dominación sin contrapesos es un rasgo determinante del mundo de hoy. El empleo de la fuerza es condición de existencia de la globalización neoliberal: sin el recurso de la violencia, la realización de los intereses del capital transnacional sería imposible.

Por ello, el imperialismo norteamericano esgrime el pretexto de una supuesta lucha contra el terrorismo, que significa el despliegue, con la colaboración de sus aliados más serviles, de un terrorismo de estado brutal, que junto a las agresiones abiertas como en Irak, Afganistán, Palestina, promueve la carrera armamentista, la antidemocracia, la ilegitimación de la tortura y la limitación de los derechos civiles y democráticos de su propio pueblo.

En América Latina esas políticas se encubren además tras la denuncia del “narcoterrorismo”, el despliegue de los llamados Emplazamientos Operativos Adelantados (EOA), bases militares norteamericanas, provistas de recursos tecnológicos sofisticados, capaces de agrupar en breve tiempo fuerzas de intervención militar conformada por miles de soldados. A elIo se suman, operativos encubiertos de desestabilización con la colaboración de sus aliados internos en cada país y otros métodos de control y penetración.

El objetivo primordial sigue siendo la eliminación de la experiencia revolucionaria en Cuba: al endurecimiento del bloqueo suma ahora una plan intervencionista con vistas a retomar el control de la Isla para convertiría en un estado vasa ilo.

Otro propósito clave es la desestabilización del proceso venezolano. El Llamado de Condoleeza Rice a constituir un frente latinoamericano contra el gobierno de Hugo Chávez y el bloqueo de su candidatura al Consejo de Seguridad así lo con prueban.
 
 
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En apoyo de esta política buscan el concurso de los gobiernos sumisos como el de Uribe en Colombia, ahora el de Alan García en Perú y otros y continuará tratando de cooptar a los gobiernos de Chile que le han prestado apoyo en sus esfuerzos por imponer el ALCA.

No obstante, las pretensiones hegemónicas encuentran barreras crecientes en todas las latitudes.

La resistencia heroica de los pueblos de Oriente Medio tiene empantanado al Gobierno de Bush y ha sido determinante en su desprestigio interno creciente. Sus aliados europeos, como Aznar y Berlusconi, experimentan derrotas y los pueblos imponen la salida de tropas de Irak. Blair acentúa su decadencia. Francia y otros países buscan distanciarse aún más. Hay un rechazo creciente a las guerras preventivas y a los desastrosos efectos de la transnacionalización neoliberal.

Continúan desarrollándose los movimientos contra la globalización capitalista, se fortalecen el Foro Social Mundial y los Foros Sociales continentales, particularmente los de América Latina y Europa. Dentro de ellos crece la tendencia de los partidos y movimientos de izquierda a coordinarse.

En América Latina hay un giro a la izquierda y trabajamos para que influya en el desarrollo del cuadro político en Chile.

La situación de salud de nuestro Compañero Fidel ha pretendido ser empleada para poner fin al proceso revolucionario. El resultado ha sido lo opuesto. La dirección cubana ha demostrado que el mérito de Fidel incluye haber contribuido a la formación de una dirección revolucionaria firme y sólida asentada en el pueblo. La elaboración política siempre renovada, el coraje y la dignidad para hacer prevalecer la soberanía nacional unida a la práctica internacionalista manifestada en la solidaridad en todos los terrenos, incluyendo aspectos claves de la vida de los pueblos como la salud y la educación, acrecientan el prestigio e influencia de Cuba en América Latina y el mundo.

También en Venezuela se fortalece la revolución bolivariana, basada en la incorporación creciente del protagonismo popular, lo que ha hecho posible derrotar los intentos desestabilizadores y golpistas del imperialismo y asumir un papel creciente en los nuevos procesos de integración latinoamericana.

La llegada al gobierno del Brasil de una coalición de centro izquierda encabezada por Lula, obrero metalúrgico dirigente del PT, uno de los partidos fundadores del Foro de Sao Paulo, fue un potente estímulo en la región. Ese gobierno, en medio de contradicciones complejas, pesó decisivamente en el fracaso del ALCA y emprendió iniciativas de integración de nuevo tipo con Venezuela y otros países. Su reelección, en segunda vuelta, abre esperanzas de un aporte aún mayor al mejoramientos de las condiciones de vida de su pueblo y al fortalecimiento de las fuerzas populares en el continente.

La resonante victoria popular de Evo Morales en Bolivia, que nacionalizó los hidrocarburos y otras empresas, expresa esta tendencia liberadora. En la misma dirección está también la llegada al gobierno del Frente Amplio en Uruguay, desde donde impulsa políticas democráticas en situaciones no exentas de contradicciones.

En Colombia, pese a la reelección de Uribe, la izquierda se constituye por primera vez en la historia como la segunda fuerza política del país al obtener el Polo Democrático Alternativo el 22% de los votos. Mientras, prosigue la lucha de las FARC enfrentándose a la creciente intervención yanqui y a la política derechista del gobierno, buscando al mismo tiempo un acuerdo de paz.

Un asunto central en el continente es la tendencia a una nueva forma de integración y solidaridad latinoamericana, en donde se ubica el ALBA, ejemplar proceso de integración entre Cuba, Venezuela y ahora Bolivia, cuyos acuerdos y perspectivas de cooperación política, económica, financiera, cultural y en salud, se sitúan en abierta ruptura con el ALCA y el proceso de globalización imperialista. Por su parte, otros gobiernos emprenden iniciativas de cooperación energética, financiera y en telecomunicaciones, expresando diversos grados de autonomía de Estados Unidos.

Chile es presentado como el paradigma del éxito de las políticas imperiales. No obstante, en nuestro país se abre paso un nuevo momento político en cuya generación han influido las conquistas democráticas y progresistas de las luchas populares en el mundo y particularmente en América Latina y el Caribe, que se abren paso ante el fracaso del sistema neoliberal y los efectos desastrosos de la globalización trasnacional.

El hecho principal que marca este nuevo momento es la movilización creciente de distintos sectores sociales. Esto se entrelaza con la formulación del paso táctico adoptado por el Partido en la segunda vuelta presidencial (ballotage), en que decidimos llamar a apoyar a la actual Presidenta, en base a objetivos programáticos con compromisos explícitos cuyo contenido y proyección ha aportado significativamente en el desarrolló de los últimos acontecimientos.

Hoy está en construcción una amplia convergencia social y política en torno a los planteamientos promovidos por nuestro Partido como condición para nuestro apoyo:

1)    Terminar con el actual sistema electoral binominal, que excluye en el parlamento a toda fuerza que no forme parte de las dos grandes coaliciones sostenedoras del sistema (los comunistas y sus aliados obtenemos nacionalmente más del 7 % sin lograr el ingreso a las cámaras) y pasos en la democratización del sistema político institucional que abran paso a formas de democracia participativa.

2)    Ampliar los derechos de los trabajadores eliminando las trabas legales heredadas de la dictadura que limitan el derecho a huelga y que facilitan los despidos y las disminuciones saláriales, además de dividir, debilitar y atomizar la organización sindical.
3)    Realizar una reforma del sistema provisional. Hoy el sistema está en manos de grandes grupos económicos principalmente extranjeros que esquilman a los trabajadores con altísimas comisiones y en el cual los patrones no aportan nada a la previsión de sus empleados. En estas condiciones, los trabajadores terminan sus días con pensiones miserables.
4)    Reformar el sistema educativo que ha debilitado y desmejorado la educación pública estatal gratuita, restándole permanentemente recursos y, por otro lado, favoreciendo la proliferación de empresas privadas destinadas a lucrar con la educación. La educación así concebida es un elemento fundamental de la reproducción del sistema neoliberal.
5)    Lograr verdad y justicia plenas para las violaciones a los derechos humanos.
6)    Reconocer los derechos de los pueblos originarios.
7)    Obtener respeto a la biodiversidad y al medio ambiente.

Se trataba de apuntar a hechos que involucran a grandes sectores sociales, que abrieran paso a movilizaciones que estimulen nuevas demandas que confronten el neoliberalismo como sistema.

EI presente ano se ha caracterizado por grandes luchas de los trabajadores de la salud, de los estudiantes secundarios, de los maestros, de los trabajadores del cobre sujetos a subcontrataciones discriminatorias, de los habitantes de las ciudades deudores de las viviendas que ocupan.

Chile ya no es el mismo años pasados. Las fuerzas políticas y los movimientos sociales populares son hoy actores decisivos y han abierto grandes posibilidades de cuestionar y hacer trastabillar la hegemonía de los sectores neoliberales.

El actual gobierno encabezado por Micheile Bachelet, del que seguimos siendo oposición, continúa aplicando en lo esencial las políticas neoliberales de sus antecesores. Sin embargo, ante la disyuntiva de mantener incólume un modelo confrontado por movilizaciones sociales de envergadura o realizar ciertos cambios para su permanencia hacia el futuro, y habida cuenta del descontento social creciente que trata de capitalizar demagógicamente la derecha, y la expresión crítica y prepositiva de la izquierda, el Gobierno y sus partidos se han visto obligados a un reposicionamiento. El surgimiento en su interior de contradicciones entre privatizadores y partidarios de una mayor intervención estatal, entre defensores de la restricción del gasto fiscal y quienes sostienen la necesidad de aumentar el gasto social, entre los que se amparan en medidas represivas y los que están por dialogar con la movilización social da cuenta de los cambios en curso. Con matices, en todos los partidos de ia coalición de gobierno se detecta esos posicionamientos, habiendo ganado una mayor presencia quienes sustentan críticas a las políticas mercantilistas y anti populares que se han aplicado hasta ahora. Esto es lo que explica que, por primera vez, se manifieste una cierta disposición a reconocer la necesidad de cambios y el legítimo papel de los movimientos sociales y fuerzas políticas excluidas.

Tenemos presentes las experiencias que en América latina ha puesto de relieve las posibilidades que abren amplios frentes y convergencias contra el neoliberalismo.

En Chile, hasta 1989 el principal obstáculo para las fuerzas democráticas populares fue la dictadura, y la contradicción principal era clara, “democracia o dictadura”.

La política de rebelión popular de masas, que implicó el uso de diversas formas de lucha, permitió resolver esa contradicción principal desplazando a Pinochet del poder, pero el carácter pactado del fin de la dictadura tuvo como eje principal la exclusión de la escena política de quienes durante 17 anos estuvimos al frente de la lucha de masas por la democracia, lo que quedó instituido en la Constitución pinochetista, con la cual ha seguido la actual coalición gobernante, la Concertación.

Los gobiernos de la Concertación consolidaron y profundizaron el modelo neoliberal. La mayor parte de nuestras riquezas básicas y de empresas del Estado fueron privatizadas o entregadas a la voracidad de las transnacionales. Elio condujo a que hoy está prohibida la intervención del Estado para proteger al país de las continuas crisis del capitalismo globalizado, como aconteció entre 1998 y 2003, cuando aumentó la cesantía y se redujeron los ingresos del país. La apertura financiera internacional a que nos levó la política neoliberal agudizada por Tratado de Libre Comercio con EE.UU. deja a los chilenos más vulnerables y enfrentados a nuevos y graves peligros especialmente sobre los exportadores y los productores nacionales, como lo demuestra el impacto de la caída del valor dólar.

Consecuentemente con lo señalado, los congresos del Partido definieron que la contradicción principal del período es entre neoliberalismo y democracia, y resolvieron la Revolución Democrática como objetivo histórico estratégico cuya vigencia se mantiene.

Esos procesos se confirman como una estrategia acertada, con tácticas que, basadas decididamente en la activa y resuelta movilización popular, otorgan nuevas possibiIidades a los procesos electorales, los que pueden convertirse en un instrumento para llegar al gobierno y emprender medidas transformadoras económicas, sociales y políticas.

Los avances en el proceso de acumulación exigen la unidad de los sectores de izquierda y revolucionarios con sectores del movimiento reformista y sectores nacionalistas dispuestos a romper la hegemonía neoliberal. Por ello trabajamos para recuperar la actividad plena de Juntos Podemos Mas, coalición de izquierda que logró importantes avances, y convertiría en base de la construcción de un amplio frente antineoliberal. Una izquierda potente no se construye al margen de la unidad antineoliberal más amplia así como la unidad antisistémica que requerimos no será posible si no existe una izquierda que la impulse y la potencie.

El surgimiento de un nuevo momento político en Chile ha creado condiciones favorables para generar una convergencia de fuerzas sociales y políticas, incluidos
sectores de centro que, de distintas maneras y en distintos momentos, confluyan en el rechazo al neoliberalismo y se planteen, en su desarrollo, un programa de profundas transformaciones democráticas y de justicia social para Chile.

Tras ese objetivo nos proponemos alcanzar un nuevo tipo de gobierno que supere a los de tipo neoliberal sustentados por la coalición que hoy gobierna el país, la Concertación, y por la derecha que gobernó con Pinochet. Perseguimos la formación de un gobierno democrático, soberano y de justicia social, sustentado en una mayoría nacional activa y participativa.

Marcos Suzarte, representante de
Partido Comunista de Chile